Nota del Transcriptor:
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PROSAS
PROFANAS
POR
RUBÉN DARIO
ILUSTRACIONES
DE
ENRIQUE OCHOA
Volumen II de las obras completas.
Administración: Editorial
MUNDO LATINO
Madrid.
ES PROPIEDAD
PALABRAS LIMINARES
Después de Azul.. después de Los Raros, voces insinuantes, buena y mala intención, entusiasmo sonoro y envidia subterránea—todo bella cosecha—, solicitaron lo que, en conciencia, no he creído fructuoso ni oportuno: un manifiesto.
Ni fructuoso ni oportuno:
a) Por la absoluta falta de elevación mental de la mayoría pensante de nuestro continente, en la cual impera el universal personaje clasificado por Remy de Gourmont con el nombre de Celui-qui-ne-comprend-pas. Celui-qui-ne-comprend pas es, entre nosotros, profesor, académico correspondiente de la Real Academia Española, periodista, abogado, poeta, rastaquouer,
b) Porque la obra colectiva de los nuevos de América es aún vana, estando muchos de los mejores talentos en el limbo de un completo desconocimiento del mismo Arte a que se consagran.
c) Porque proclamando, como proclamo, una estética acrática, la imposición de un modelo o de un código implicaría una contradicción.
Yo no tengo literatura "mía"—como lo ha manifestado una magistral autoridad—, para marcar el rumbo de los demás: mi literatura es mía en mí—; quien siga servilmente mis huellas perderá su tesoro personal y, paje o esclavo, no podrá ocultar sello o librea. Wagner a Augusta Holmés, su discípula, dijo un día: "lo primero, no imitar a nadie, y sobre todo, a mí". Gran decir.
Yo he dicho, en la misa rosa de mi juventud, mis antífonas, mis secuencias, mis profanas prosas—. Tiempo y menos fatigas de alma y corazón me han hecho falta, para, como un buen monje artífice, hacer mis mayúsculas dignas de cada página del breviario. (A través de los fuegos divinos de las vidrieras historiadas, me río del viento que sopla afuera, del mal que pasa.) Tocad, campanas de oro, campanas de plata, tocad todos los días llamándome a la fiesta en que brillan los ojos de fuego, y las rosas de las bo[Pg 9]cas sangran delicias únicas. Mi órgano es un viejo clavicordio pompadour, al son del cual danzaron sus gavotas alegres abuelos; y el perfume de tu pecho es mi perfume, eterno incensario de carne, Varona inmortal, flor de mi costilla.
Hombre soy.
¿Hay en mi sangre alguna gota de sangre de África, o de indio chorotega o nagrandano? Pudiera ser, a despecho de mis manos de marqués; mas he aquí que veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de países lejanos o imposibles; ¡qué queréis! yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer; y a un presidente de República no podré saludarle en el idioma en que te cantaría a ti, ¡oh, Halagabal! de cuya corte—oro, seda, mármol—me acuerdo en sueños...
(Si hay poesía en nuestra América, ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utatlán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.)
Buenos Aires; Cosmópolis.
¡Y mañana!
[Pg 10] El abuelo español de barba blanca me señala una serie de retratos ilustres: "Este, me dice, es el gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y manco; éste es Lope de Vega, éste Garcilaso, éste Quintana." Yo le pregunto por el noble Gracián, por Teresa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: ¡Shakespeare! ¡Dante! ¡Hugo...! (Y en mi interior: ¡Verlaine...!)
Luego al despedirme—: "Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de mi tierra; mi querida, de París."
¿Y la cuestión métrica? ¿Y el ritmo?
Como cada palabra tiene una alma, hay en cada verso, además de la armonía verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces.
La gritería de trescientas ocas no te impedirá, silvano, tocar tu encantadora flauta, con tal de que tu amigo el ruiseñor esté contento de tu melodía. Cuando él no esté para escucharte, cierra los ojos y toca para los habitantes de tu reino interior. ¡Oh, pueblo[Pg 11] de desnudas ninfas, de rosadas reinas, de amorosas diosas!
Cae a tus pies una rosa, otra rosa, otra rosa. ¡Y besos!
Y la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa te dé un hijo, queden las otras ocho en cinta.
R. D.
Para la condesa de Peralta.
Le carnaval s'amuse!
Viens le chanter, ma Muse...
Banville.
A. G. Grippa.
Para una artista cubana.
Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro—(¡oh, cruel, horrible destierro!)—¿cómo es que [Pg 74] tú, hermana harmoniosa, haces cantar al cielo gris, tu pajarera de ruiseñores, tu formidable caja musical? ¿No te entristece recordar la primavera en que oiste a un pájaro divino y tornasol
en el país del sol?
En el jardín del rey de la isla de Oro—(¡oh, mi ensueño que adoro!)—fuera mejor que tú, harmoniosa hermana, amaestrases tus aladas flautas, tus sonoras arpas; tú que naciste donde más lindos nacen el clavel de sangre y la rosa de arrebol,
en el país del sol!
O en el alcázar de la reina de la isla de Plata (Schubert, solloza la Serenata...) pudieras también, hermana harmoniosa, hacer que las místicas aves de tu alma alabasen dulce, dulcemente, el claro de luna, los vírgenes lirios, la monja paloma y el cisne marqués. La mejor plata se funde en un ardiente crisol,
en el país del sol!
[Pg 75] Vuelve, pues, a tu barca, que tienes lista la vela—(resuena, lira, Céfiro, vuela)—y parte, harmoniosa hermana, a donde un príncipe bello, a la orilla del mar, pide liras, y versos y rosas, y acaricia sus rizos de oro bajo un regio azul parasol,
en el país del sol.
New-Yoy, 1893.
In memoriam...
A. Reynaldo de Rafael.
COLOQUIO DE LOS CENTAUROS
A Paul Groussac.
A Luis Berisso.
A Ch. Del Gouffre.
A. A. Lamberti.
Mis ojos miraban en hora de ensueños
la página blanca.
A J. Piquet.
A Alberto Ghiraldo.
A Lugones.
A Angel Estrada, poeta.
A Miguel Estrada.
A Julio L. Jaimes.
A Eugenio de Castro
...with Psychis, my soul!
Poe.
A Francisco A. de Icaza.
Dezir.
(A la manera de Johan de Duenyas.)
[1] Para el libro En tropel, del poeta español Salvador Rueda, 1892.
Págs. | |
Palabras liminares | 7 |
PROSAS PROFANAS | |
Era un aire suave | 15 |
Divagación | 23 |
Sonatina | 33 |
Blasón | 39 |
Del campo | 43 |
Alaba los ojos negros de Julia | 47 |
Canción de Carnaval | 51 |
Para una cubana | 57 |
Para la misma | 59 |
Bouquet | 63 |
El Faisán | 65 |
Garçonnière | 69 |
El país del sol | 73 |
Margarita | 77 |
Mía | 79 |
Dice Mía | 81 |
Heraldos[Pg 204] | 83 |
Ite, missa est | 85 |
Coloquio de los centauros | 89 |
VARIA | |
El poeta pregunta por Stella | 107 |
Pórtico | 109 |
Elogio de la seguidilla | 119 |
El cisne | 123 |
La página blanca | 125 |
Año nuevo | 129 |
Sinfonía en gris mayor | 133 |
La Dea | 137 |
Epitalamio bárbaro | 139 |
VERLAINE | |
Responso | 143 |
Canto de la sangre | 147 |
RECREACIONES ARQUEOLÓGICAS | |
I. Friso | 153 |
II. Palimpsesto | 159 |
El reino interior | 165 |
Cosas del Cid | 171 |
Dezires, layes y canciones | 177 |
Las Anforas de Epicuro | 189 |
Acabóse de imprimir este libro en Madrid, en el establecimiento tipográfico de José Yagües Sanz, el día xxxi de Julio del año mcmxvii
cuidadosamente seleccionadas, corregidas e impresas en tomos de 300 a 400 páginas, con magníficas decoraciones del insigne artista
ENRIQUE OCHOA
Se publica un volumen mensual.
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Suscripción anual, o sea de doce volúmenes: | ||
En España. | En el Extranjero. | |
En rústica | 40 ptas. | 45 pesetas. |
En tela con planchas doradas | 52 » | 55 » |
En pasta española | 58 » | 62 » |
Volumen suelto: | |
En rústica | 3,50 ptas. |
En tela con planchas doradas | 4,50 » |
En pasta española | 5,00 » |
Las suscripciones, tanto a España como al Extranjero, se servirán FRANCO DE PORTE y se cobrarán por
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